Mostrando entradas con la etiqueta Cine. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Cine. Mostrar todas las entradas

viernes, 6 de septiembre de 2024

El Conde de Montecristo (2024)

 

      En algún momento de la vida, todos perdemos la inocencia ante las realidades de los demás seres humanos, de sus comportamientos, de sus lados tenebrosos. De tal forma, que puedes acabar actuando y convirtiéndote en uno de ellos. Tal cual le pasara a Edmond Dantes, el protagonista de esta libérrima adaptación de la obra de Alexandre Dumas.

      A pesar del desmedido metraje de la película - casi ciento ochenta minutos - acudimos a la sala número cinco del cine de la Villa en el último día de proyección. Y lo cierto es que, contagiados por el ritmo frenético de los dos primeros tercios, no hubo motivo para el aburrimiento o la distracción. Ni en las oscuras celdas del Castillo de If frenó la acción trepidante. Después, hasta el final, el tempo fue más pausado, aunque no por ello menos interesante y espectacular.

      Habría tanto que comentar de las puestas en escena, los diálogos mordaces que suelen acabar en sentencias inapelables, las caracterizaciones... De un fantástico guión, tan coherente, que te olvidas de cuánto se aparta de la fantástica novela del escritor galo. Y resulta así porque mantiene lo sustancial de aquélla: las referencias a la amistad y al honor; al amor y a la traición más abyecta; a una búsqueda de justicia a través de la venganza, las cadenas que ésta trae, y que suele acabar en tragedia; la escurridiza felicidad... Y tantos detalles más por descubrir en esta admirable producción francesa, con unas fantásticas interpretaciones de actores y actrices que dan vida a los personajes de esta obra. 

      A través del mar transportan los hombres sus cuitas y las desgracias. En la mar, después de haber navegado mucho por la vida, se saborea de otra manera la libertad, inspirando la brisa con la confianza de estar a bordo de un velero que cruza las aguas conociendo lo poco compasivas que son con los humanos, pero menos traicioneras de lo que son éstos - somos nosotros - entre sí. Grandísima película. Que la disfruten.


Cartel de la sala de cine, Cines Victoria, Rota (Cádiz)



domingo, 18 de febrero de 2024

Napoleon

      La expectación por el estreno de esta película sólo fue superada por la controversia que suscitó tras comenzar su proyección en las salas. Las críticas al guion - con especial énfasis en la falta de rigor histórico y la nula verosimilitud de los comportamientos de los personajes - y a la actuación de los protagonistas han sido recurrentes a lo largo de varias semanas. Tampoco ha salido bien parado el director del aluvión de críticas recibidas desde todas direcciones. Los críticos quedan a la espera de una adaptación televisiva - aún de más metraje - que mejore la percepción del monumental esfuerzo de adaptación de la vida de un personaje de tanta magnitud como el emperador corso.

      En primera instancia, la primera impresión que nos produce la película es la de extrañeza. Resulta todo tan fuera de lugar, diríase a ratos esperpéntico, que el impacto de lo visualizado genera cierto nivel de desagrado, siendo este directamente proporcional al grado de expectativas previas - fueron tan altas... Sin embargo, tras esas primeras impresiones se esconde, tal vez, una realidad más apabullante. 

Cartel de la sala de cine, Cines Victoria, Rota (Cádiz)

      Porque debajo de todo ese artificio subyace una idea inquietante: cuán grotescas resultan  las relaciones interpersonales, la política y sus tejemanejes, la guerra, el valor, las luchas por el poder (traiciones incluídas), las formas de vivir, de amar, de morir (desde la primera escena),... Si todo eso podría decirse del devenir de  un personaje principal de la Historia contemporánea de Occidente,  con altísima posibilidad de haber escogido la francesa por lo convulso del período en el que se desarrolla la historia,  imagínense lo que podría decirse de las vidas anónimas de tantísimos egos que siguen (seguimos) andando por este mundo.

       Todo el entramado de la película se va articulando en torno a esta idea de lo grotesco: la selección de los pasajes de la vida del gran caudillo; las (en apariencia) extrañas actuaciones de los protagonistas, a medio camino ente lo caricaturesco y lo esperpéntico; esos colores fríos y apagados, casi mortecinos, durante todo el metraje; los comportamientos absurdos, erráticos, impredecibles tanto en la vida pública como en la privada. Todo absurdo, ridículo, grosero. Nada de existencialismos: la futilidad de la vida, la irrelevancia de los más altos propósitos.

      Es como si se hubiera querido un material, en este caso la vida de tan insigne personaje, para transmitir esa percepción de la realidad. Como un pintor modernista juega con las formas a su antojo para transmitir una percepción, una emoción, un sentimiento. Las peregrinas críticas locales, pues, a la omisión de escenas de la Guerra de la Independencia de España, o lo falaz del guion, resultan completamente irrelevantes.  La película, afortunadamente, no necesita nada de eso. O, al menos, eso piensa el que esto escribe. 

      Recomendación, pues: abran los ojos y la mente, no se queden en el mundo de las formas, las apariencias. Que la disfruten.

sábado, 2 de septiembre de 2023

Oppenheimer

 

      Cuando resulta especialmente cruel el bombardeo televisivo incitando a ir al cine a consumir las dos películas imprescindibles del verano, pues uno aborda el asunto con la dosis de recelo proporcional a aquel. Y, llevado de la mano por la benefactora que se ha dejado caer con el pago de las entradas, hará casi dos meses nos encaminamos resueltos a ver que nos deparaba la ventura.

      Una parte sustancial de la trayectoria vital del designado como padre de la primera bomba atómica estadounidense viene a ser el hilo conductor de este producto cinematográfico, abordando aspectos de una vida profesional tomada con decisión y, desde el punto de vista personal, un carácter un tanto errático. Ello no es óbice para que se nos muestren bastantes contradicciones en el proceder en cualquiera de esos ámbitos.

      Es por ello que podríamos decir que las incertidumbres presentes en ese mundo invisible al que ha dedicado su vida a estudiar se trasladan a su ámbito personal.  También está influido por ese otro universo newtoniano que sí está al alcance de los sentidos, en plena época de artistas rompedores  y de conflictos bélicos infames, con una transformación paulatina en su percepción de la realidad y de sus aspiraciones personales, incluyendo su misión personal en la vida. 

      Como en alguna película anterior - Dunkerque, por ejemplo - el director inyecta dramatismo con cambios rápidos de escena, estallidos de intensidad cromática, silencios y estallidos sonoros. Personalmente, estos efectos me inducen dosis mayores de aturdimiento que de tensión narrativa y así, dejo que el interés en la trama se vaya desvaneciendo hasta que las aguas vuelven a su cauce, so pena de que el ritmo artificiosamente creado decaiga inexorablemente. Cosas de cada uno.

Fotografía del cartel de la película expuesto en la sala de cine

      Se hecha de menos algo más de explicación sobre un aspecto clave: cómo en tan poco tiempo se pusieron por delante de los germanos en la carrera atómica. La repetición - al menos tres veces - sobre las ingentes cantidades de dinero invertidas en un proyecto con alto riesgo de fracaso conlleva un intento de explicación, aunque resulta demasiado simplista. En efecto, no se dedica la suficiente atención a los desafíos técnicos - no confundir con los científicos - que a buen seguro tuvieron que superar para lograr su fin. 

      Sin embargo, el aspecto que encuentro más desagradable reside en el énfasis mostrado en captar la mirada del personaje, variando las proporciones de incredulidad, aflicción y cansancio a medida que avanza el metraje. En algún momento, puedes llegar a desarrollar cierta inmunidad a tanta carita y desviar la atención en asuntos pueriles como el buscar parecidos razonables para aliviar la exposición a esa fijación por mostrarnos la expresión facial: en mi caso, me distraje encontrando alguna similitud con una mezcla de Jim Carrey enfundado en su máscara y la jeta del Profesor Franz de Copenhague - eso es, el del TBO. 

      Entonces, ¿por qué tiene sentido quedarse inmóvil en un butacón durante tres horas - sí, ciento ochenta minutos de su valioso tiempo - para visionar una historia con tres tramas principales  (académica, sentimental, política) que se cruzan y se pisan entre sí? En mi caso, aparte de la calidad artística del filme y el interés en la historia personal del protagonista, me llevó a recordar nombres de héroes de la física de mi época estudiantil (Bohr, Heisenberg, Fermi, Einstein y tantos otros). Otras reflexiones derivadas: el comprobar cuán equivocado está quien se crea con poder absoluto, o piense que su capacidad de influencia es directamente proporcional a su nivel de popularidad; las diferentes escalas de valores en la vida de cada persona y sus contradicciones; las dificultades del trabajo en equipo y conciliar los diferentes egos/intereses; las capacidades que ha de mostrar un líder para llevar a buen término un proyecto; el valor de la amistad, y cómo de escasa y frágil es; el rencor que busca venganza a largo plazo; el amor de una persona por la ciencia, a su país, a su terruño añorado.

      Pre-bellum, como científico no tuvo el nombre que tuvieron otros científicos, aunque fue uno de los pioneros de la física cuántica en su país. Su compromiso e interés con la ciencia, su humanismo, así como con su empatía con el sufrimiento de las personas inmersas en conflictos, conducen a que resulte muy interesante conocer un poco más de la vida de este personaje histórico, con todos sus claroscuros. Y  que la película, con una ambientación extraordinaria y la espectacular actuación del elenco reunido para la ocasión, no deje de tener su interés. Muy recomendable, pues. Que la disfruten.


viernes, 14 de abril de 2023

The Morning Show (primera temporada)

      Como en cualquier entorno donde se reúnen diariamente un grupo de personas, las relaciones entre sus integrantes determinan el ambiente general en el que se mueven. Y éste, a su vez, está en función de cómo cada persona lidia con sus situaciones personales tanto dentro como fuera de ese entorno.

     Hacer una serie no humorística - para éso ya se creó Cámara Café - que retrate la atmósfera en un entorno laboral común - como una fábrica de helados - carecería de interés para muchos potenciales espectadores. Pero, ¡ay!, amigos, una historia sobre una fábrica de información televisiva matutina aborregante ya es harina de otros costal.

      Un entorno con más glamour, con supuestas estrellas, y donde los sueldos se suponen que rebasan las seis cifras es otra cosa. Así, cómo no disfrutar de los espectáculos en dos mundos -uno delante y otro detrás de las cámaras. Uno lleno de sonrisas fingidas y otro pleno de intrigas palaciegas. Mundos en los que el idealismo choca con el pragmatismo, el vil metal. Todo lo que se mueve está condicionado a éste.

Cartel de la serie (de www. filmaffinity.com)

      Las relaciones personales en un mundo tan demandante, en el que todos están envueltos en luchas de poder, están siempre en el filo de la navaja. El no apoyar a alguien en los momentos difíciles lleva a éste a orquestar una venganza. Mostrar las emociones no "bien vistas" es un suicidio (vulnerabilidad).  Y salir del camino establecido está penado por el grupo, pero en ciertas situaciones está más que justificado para conservar algo de salud mental. Y si aquel "salir" se hace de compromiso, los demás del grupo se quedan sin capacidad de reacción, incrédulos ante esa huída hacia delante. 

      Nadie te va a decir que estás equivocándote, que estás acabado (lo que los propietarios e la cadena ven de la coanchor principal). Pocos quieren enfrentarse con otra persona, ni ninguna de éstas con la verdad. Es más: autoengañarse o justificarse (ante cualquier incorrección cometida) es una forma absurda de autodefensa, pues lo buitres siembre revolotean cerca.

        Simplemente, es moverte en un campo minado. En fin: un mundo tan real, tan cruel, como el se puede encontrar cualquier persona en cualquier entorno laboral. Y esta interesante serie lo retrata de forma impecable, pudiendo disfrutar de las actuaciones de algunos protagonistas fuera de sus registros habituales. Que la disfruten.

sábado, 10 de diciembre de 2022

Manchester by the sea

      En la vida que a cada uno le ha tocado lidiar, cada persona dispone de diferentes formas de afrontar la adversidad, bien sea por una tragedia, bien por una sucesión de golpes menores de la vida.  Algunos, como el protagonista de esta película, no termina de asumirla. Tampoco lo hacen varias personas que le rodean - el hermano, las mujeres de ambos, su propio hijo. Varios consiguen reconducir sus vidas pero, tal vez, sin pasar página realmente. El dolor sigue ahí, y la tensión que genera se expresa en violencia verbal o física. La desesperanza se instala en la vida. La vida en caída libre.

      De nada sirven las pretensiones de esconderse de la culpabilidad mediante la huída, o refugiándose en la multitud de la gran ciudad (a pesar de la hostilidad de los ciudadanos). Porque la hostilidad se puede encontrar tanto en el pequeño pueblo como en la gran ciudad. Tampoco sirven ahogar la pesadumbre en el alcohol y recurrir al aislamiento, incluso de desconocidos.  Y aún menos en la sobrecarga de tareas, bien sea por trabajo, estudios, actividades extraescolares de música y deportes o amoríos. Porque siempre estarás ahí: tú, tus circunstancias y tus remordimientos.

Cartel de la película (de www.filmaffinity.com)

      La calma aparente en un nevado muelle pesquero sin vida; de una ciudad gris deshumanizada; y las tormentas interiores de las personas atizando sin piedad.

      Tan sólo una a pareja permanece estable a su lado como apoyo sólido, en un gélido desierto de inteligencia emocional.

      Sólo hay refugio en la mar. Sólo permanecen momentos de alegría en el  recuerdo del "Claudia Marie", y esos días de pesca familiares, antes de mutar a dura melancolía. 

      Si existe la posibilidad de redención, de empezar una nueva vida, de salir del pozo en el que uno mismo se ha metido - tantas veces sin darnos cuenta - y de dejar atrás el infortunio, depende de demasiados factores. Quién sabe si en la vida se podrá conseguir: si los personajes de esta maravillosa película, de ritmo sosegado en la superficie y tumultuoso en los adentros, lograrán dejar atrás los pesares. Su fotografía tan impecable como las interpretaciones del elenco de actores y actrices hacen imprescindible el invertir nuestro tiempo en disfrutar de esta película.

      ¡Por que vaya obrón tan increíble!


viernes, 22 de julio de 2022

The widow


      El frío azul-grisáceo británico puede ser tan acogedor y amable como el cálido verde luminoso africano. O tan despiadado. Depende del sur humano, de sus miedos y alegrías, que tengan uno u otro matiz. Y ese ir y venir en el tiempo entre ambos lugares - bien los paisajes, bien lo más profundo de los corazones - que nos ofrece esta miniserie nos recuerdan lo difícil que vivir es manteniendo la ilusión en un entorno hostil. 

      Resulta interesante el enfoque dado a cómo los sentimientos, las emociones, provocados por los zarandeos que nos da la vida trastocan nuestra forma de ver el mundo, de actuar en él.  Sin embargo, y a pesar de esos vaivenes personales, si se nos ofrece una segunda oportunidad, hay que luchar por amarrarla. Los personajes toman decisiones diferentes ante retos en la vida y, ¿quién podría decir que no hubiera actuado igual en circunstancias semejantes?

      Nadie puede anticipar si se producirá el encuentro entre dos personas que compartieron con un pasado común: una que busca ansiosamente recuperarlo y otra que tal vez no quiera volver a aquél. O que los desengaños del ayer han cambiado la forma de ver el mundo y hacerte tan miserable como aquéllos que te sacaron de tu ilusión. O tal vez sobreponerte a ellos y luchar.

Cartel de la serie (de www.filmaffinity.com)

      Luchar. De éso va la vida, ¿no? Gentes comprometidos con una causa - bien sea para beneficio personal o de la comunidad - capaces de llegar al límite para conseguir su objetivos. Y ves que el lado oscuro está tan cerca, que no dejas de entender - no justificar - por qué unos sucumben y otros se enfrentan de cara a la adversidad cuando sufrimos sus efectos. 

      Aquí, una heroína de carne y hueso - qué mujer no lo es - es capaz de enfrentarse a mil y una situaciones de riesgo - emocional o físico - y salir fortalecida de ellas, sin reparar en las cicatrices que le van quedando. Un ejemplo de superación, incluso cuando afronta una nueva situación en la que no parece haber tocado fondo. ¡Y cuán importantes son los apoyos en el camino, aunque vayan quedando atrás por azares del destino!

      Sin desmerecer las solventes interpretaciones de un elenco de actores secundarios, la apuesta está basada en la actuación de una Kate Beckinsale en estado de gracia, muy eficaz y creíble. Estupenda tanto en las escenas de acción como en otras más dramáticas. Me quedo con esa sonrisa, casi bordeando el final, en la que se da cuenta de que... De la realización, fotografía y demás elementos de la producción sólo cabe decir que son excelentes.

      En resumen: no nos dejemos engañar. Es una serie con acción, pero no se puede clasificar como tal: es mucho más que éso. Tiene tantos matices. Por éso se nos antoja como necesario el disfrutar de ella. Que así sea.



sábado, 13 de febrero de 2021

Yellowstone

 

      Hace bastante tiempo conocí un buen tipo de Montana: corpulento, amable pero exigente, tremendamente servicial y con una sonrisa burlona, siempre presto a lanzar una chanza. Añoraba su tierra, sus montañas nevadas, la sensación de libertad en sus bosques, la caza del ciervo (¡qué caro resultaba cazar en nuestro carpetovetónico país!), la tranquilidad,... Cuidaba de su familia numerosa como un jabato a pesar de los problemas que tenía que atender.

      Pues en aquellas tierras se suceden las tribulaciones de una familia también numerosa, aunque no tan bien avenida, protagonista de la serie que nos ocupa cuyo patriarca resulta ser el cacique local. Éste, genialmente interpretado por un Kevin Costner irreconocible respecto a papeles previos, utiliza todos los recursos necesarios para defender lo suyo: ese legado que habrá de traspasar al sucesor más avezado para que se conserve una generación más. Misión harto difícil, según podrá comprobar a su pesar.

      Porque, ¿quién de la descedencia tiene los redaños para moverse en un mundo donde imperan las traiciones, deslealtades y dobles juegos, resentimientos y venganzas? ¿Cuál de ellos es capaz de maniobrar con éxito frente a otras figuras de poder para conseguir sus objetivos, incluso acordando alianzas contra-natura sin mostrar debilidades o flaquezas?  Todo en un territorio donde la ley se desvanece como las lealtades frente a las coacciones, o como las nubes al pasar sobre las montañas.

   

Cartel de la serie (de www.filmaffinity.com/es)


      Y es que la serie bien podría haberse llamado Tierra de conflictos: conflictos personales (lo que siento frente a lo que hago), familiares (padres-hijos, entre hermanos de sangre, o con la familia política), lo rural frente a lo urbano, zorros frente a lobos, los descendientes de colonos contra los de indígenas...  En suma, el reflejo de un tipo de realidad no almibarada que no tiene cabida en los textos de Educación para la Ciudadanía o similar pero que, existir, existir, existe. Al menos en esta ficción.

      Pero... ¡atención! ¡Cuidado con mostrar los sentimientos! Sólo los más inconscientes se atreven a revelarlos en un mundo rudo, crudo en extremo, en los que los pocos momentos para la ternura se manifiestan más en la soledad - o en la interioridad - que en la intimidad con las personas más cercanas - incluso las amadas. Porque habría que recordar que la vida en el rancho resulta tan parecida a la conventual, en la que los monjes-vaqueros siguen vidas apartadas y frugales tras pasar un proceso iniciático que abrirá las puertas a cada uno de ellos a un mundo del que se espera no saldrán con facilidad. 

      En suma, podemos disfrutar de una serie dinámica con un guion sólido y convincente, una estupenda puesta en escena y esa fotografía acompasada con cada situación, su ambiente; con personajes muy bien construidos e interpretaciones sobresalientes por parte de casi todo el elenco. Al menos, en las dos temporadas emitidas en televisión en Paramount Channel. Ojalá no alarguen mucho la serie y sean capaces de dejar en el último capítulo un buen sabor de boca.

      Aquéllos relatos del colega de Montana afloraron a la mente al comenzar a visionar la serie. Ahora que lo pienso, estaba predestinado a engancharme a ella.




P.S.: como no hay una etiqueta en esta bitácora que recoja series o televisión, en este caso ha parecido lo más adecuado encajarla en la de Cine. Quizás no sea lo adecuado, pero es lo que hay.



sábado, 30 de enero de 2021

La última gran estafa


      Pues vamos a ver al cine una película en el penúltimo día del año y resulta estar de estreno la que al final nos decidimos a ver, sin grandes expectativas en mente, en aquélla tarde-noche gélida en las tierras del sur. Y resultó ser lo esperado pero, una vez reposada, digna de ser tenida en cuenta por distintos motivos que veremos a continuación.

      Porque resultó ser una comedia simpática, aunque bastante predecible en su desarrollo,  sin que los tres primeros espadas tengan la oportunidad - ni la necesidad - de exhibir sus dotes de interpretación. De ellos, dos de los protagonistas son personas personajes en declive que encuentran de forma inesperada una posible segunda oportunidad cuando están al borde del abismo. En cualquier caso, los tres están de vueltas de todo y, como buenos sesentones, esperando que alguien les escuche sus batallitas. Sentirse otra vez protagonistas.

Cartel de la película (de Filmaffinity.com)

      Porque, ante todo, la película rezuma nostalgia por los tiempos pasados. Añoranza por el western (¿qué sería el cine sin él?), por el celuloide, por lo casero. Por esa fotografía tan retro. Porque se pudieran hacer grandes películas casis sin presupuesto, sin una gran producción en el límite entre los años setenta y los ochenta: tiempos en los que la gente era capaz de asociar una escena, una frase, o toda una película a estampas de su vida cotidiana. ¡Cómo ha cambiado el panorama!

      Y es que para hacer una buena comida no se necesitan ni los alimentos más caros, ni los mejores utensilios, ni los mejores restauradores en los fogones. Tan sólo un poco de pasión, ganas de hacer las cosas bien y hasta un pelín de suerte pueden surtir el milagro. Que se lo digan si no al angustiado productor de películas que es capaz de todo por perseguir su sueño dejando que otras oportunidades se les escapen de la mano.  

      En cualquier caso, resulta un buen homenaje a tres grandes actores del Hollywood más reciente que aún están activo, reunidos para la ocasión, y que seguramente empezaron a hacer sus pinitos en el cine en los tiempos en que esta película está ambientada.

      Una película de homenaje al cine y a los buenos actores, actrices, y al cine más alejado de las superproducciones. Enhorabuena por el tributo.



sábado, 28 de noviembre de 2020

Centurión

 

      Pues en éstas que estás sentado en el salón de casita, un viernes por la noche, y de la extensa programación de canales abiertos lo único que parece descollar - para un servidor - es una película que ya había visionado con anterioridad. Y ahí está, "Centurión".

Cartel de la película (ver créditos abajo)

      La acción transcurre en las gélidas tierras de Britania - la fotografía gris-azulada y el fresquito de Noviembre ayudan a ponerse en situación - en tiempos en los que los del sur aparentemente tenían cogidos por los bajos a los altivos e indómitos habitantes de las tierras del norte - la tortilla claramente ha dado la vuelta en casi veinte siglos claramente. Lo que no ha cambiado, empero, es ese enfrentamiento interminable entre los mundos urbanos y rural - la civilización romana versus el mundo cuasi-tribal de los pictos en este caso.

      En un territorio en el que se vuelven las tornas - el a priori cazador se convierte en el cazado - y en el que el hoy llamado dominio del patriarcado se desdibuja - bien sean guerreras pictas, brujas desterradas o damiselas romanas,  la vida o la muerte de los hombres está en manos de mujeres. Interesantes apuntes cinematográficos que deberíamos tomar para la reflexión en estos días en los que todos estamos tan desorientados.

      Tiempos en que la violencia era de o-tú-o- yo a menos de un gradus de distancia - con la excepción de flechas, lanzas y otros ingenios de matar - tenían que ser mostrados de la forma más realista, más cruda, posible. Objetivo cumplido.


Otro cartel de la película (ver créditos abajo)

      En escena entran en juego otros personajes cuyas tribulaciones - absortos en satisfacer sus  ambiciones o venganzas personales - habrán de inclinar la balanza de la que dependen la suerte - bien la vida, bien la muerte - del resto de mortales, ignorantes de la pasta de las que están hechos aquéllos que sostienen las riendas de sus miserables destinos. Incluso la traición surge dentro del grupo donde, en apariencia, reina la camaradería. Bien pensado, ¿quién de un grupo - cohesionado por el instinto de supervivencia - no se jugaría el pellejo y daría la vida por sus compañeros? La fábula del escorpión y la rana de nuevo.

      A pesar de que pueda resultar el final previsible - mojigato pero tal vez necesario tras tanta violencia en pantalla - quizás pueda presentársenos como una metáfora acerca de la posibilidad de que personas de mundos en conflicto puedan encontrar un espacio de encuentro más allá de las divisiones y enfrentamientos en las que otros personajes los quieran hundir. Al precio, éso sí, del destierro voluntario, abocados a asentarse en la tierra de nadie. 

      En fin, la acción es directa y al grano. Pocas tribulaciones filosóficas se podrán encontrar  en esta película, no cual no deja de ser una muestra de veracidad dado el escenario temporal en transcurren los hechos - y sus protagonistas. El lucimiento del reparto y el equipo de producción, pues, no  paree estar basado en frases grandilocuentes a ser recordadas, sino a hacernos partícipes del sufrimiento, los miedos, la angustia y la necesidad de volver a un lugar donde la vida sea más grata con los humanos. Si fuera así, objetivo final cumplido.


Fotos de carteles tomadas de: 

https://panicoenelcine.wordpress.com/2012/06/12/centurion/


Otras reseñas en:

https://www.elantepenultimomohicano.com/2010/08/centurion.html

https://www.espinof.com/cine-europeo/centurion-la-dura-pugna-por-la-supervivencia


viernes, 27 de marzo de 2020

Waterworld

Foto tomada de https://www.elcorteingles.es/cine/A3865156-waterworld-blu-ray/

      A veces, creemos que estamos trabajando en algo bueno, bueno de verdad. Empleamos nuestras fuerzas, depositamos nuestras ilusiones, en que el proyecto va a resultar maravilloso, fantástico. Nos faltarán adjetivos para describir el éxito. Y, después, aparece la realidad inesperada: a la gente le importa un pimiento todo aquello por lo que has luchado, por lo que te has dejado la piel - y los dineros.

      Tal vez fuera ésto lo que le pasó a Kevin Costner con esta película, Waterworld. Ciencia ficción bastante más verosímil que algunas supercherías espaciales, en la que casi toda la acción transcurre por un desierto marino. Esa mar tan en calma, tan inmensa e inhóspita, sobre la que se desarrollan las turbulentas relaciones humanas.

      Temas tan de actualidad - si alguna vez no han dejado de serlo - como la insolidaridad con los de fuera de la comunidad, el rechazo de ésta al distinto, depravados siempre al acecho, se muestran con toda su crudeza en la película. Como contrapunto, surgen héroes involuntarios, está presente la esperanza de un mundo mejor - encarnada en este caso por una niña - y aparece algún loco genial que puede sacar a los aliados de fortuna de un atolladero. 

      Y qué me podrían decir de esas dos comunidades a flote, en apariencia diferentes entre sí, aunque despóticamente dirigidas para que no haya perturbaciones que la desorganicen, que entran en colapso por la aparición de una sola persona. Sí, ese lobo solitario, marino esta vez. 

      Por cierto: atención a las escenas de acción. Si no vemos aquí algo distinto de la típica persecución de coches, pues vaya usted a saber.

      Como diría Super Ratón, "aún hay más": en ese mundo tan hostil, aquellas cosas de desecho, objetos que hoy día en nuestro mundo no tienen ningún valor, la gente se queda fascinada con aquéllos y da lo que no tiene, o hace lo que sea, por obtenerlos. 

      Sin pretender constituir toda esta exposición un análisis cinematográfico sesudo, al final surgen ciertas dudas a la luz de los resultados de taquilla y opiniones de la crítica. ¿Puede ser tan mala una película así? ¿Cómo es que tanta gente le dio la espalda? Tal vez cada persona pueda encontrar una explicación a todo ésto. 

      Bueno, a veces es mejor hacer lo que uno siente que ha de hacer y tirarse de cabeza - y que sea lo que Dios quiera. El único resultado posible es la satisfacción que le queda a uno cuando ha terminado su aventura. Ojalá el actor-productor acabara con ese buen regusto.