Hace años, el acceso a la punta del espigón de la villa estaba permitido. En tan sólo 10 minutos, a paso tranquilo, llegabas de un extremo al otro. Disfrutabas viendo, muy de cerca, las artes de pesca apiladas, los pescadores limpiándolas, las pequeñas embarcaciones siendo entretenidas, las gaviotas dando cuenta de la morralla (no se merecen ser reconocidos de esa manera), el curioso en la Vespino con la gorra calada preguntando cómo fue la faena... Ver los pesqueros atravesar la bocana abriéndose a la bahía.
Al final del paseo, paseos al lado de la mar en chándal y zapatillas, la recompensa: ese istmo artificial, suerte de promontorio extendiéndose en la bahía, mirador en el que sentir la brisa de la mañana, casi tocar la espuma de mar, sentir que Cádiz no está tan lejos.
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Antaño punto de observación... |
En algún momento, valla y puerta impidió el paso al mirador. Más tarde, una segunda valla impidió el acceso total a la zona de pescadores. Casi simultáneamente, otras se instalaron para impedir el acceso de los más intrépidos, aquéllos que buscan el mejor punto para lanzar las cañas para cobrar alguna mojarrita o lisa, a través del rompeolas. Y, aunque alguno puede que lo siga intentando, prohibido el acceso total.
Se puede entender que tales medidas sirvan para prevenir accidentes, robos de materiales, vandalismo, y más cosas que las hagan, hasta cierto punto, necesarias. Comprensibles.
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...hogaño observado (Rota, 27 de Mayo de 2016) |
Así, la oportunidad de disfrutar de todo aquéllo pasó. Confiemos que, algún día, a alguien se le ocurra crear un paso seguro para transeúntes creando un horario de acceso e instalando una señalización clara, iluminación, con vallas de protección y hasta cámaras de seguridad.
Mientras tanto, que gaviotas y cormoranes disfruten de la atalaya. En un sitio donde los humanos les dejemos en paz. Esperando éstos el momento de estar sentados en el muelle de la bahia, malgastando el tiempo...
Yo también recuerdo pasear por ahí, incluso ver competiciones de natación en pleno invierno, con toda aquella zona llena de gente curiosa por ver quién llegaría el primero. Hacía mucho tiempo que no me acordaba de eso, doy gracias por que tu sí y me lo hayas recordado. Recuerdo estar andando por aquella zona, casi siempre tranquila, y ver mezclas de redes, anzuelos, alguna vez incluso a un pescador desenredando redes... Como echo de menos aquellos tiempos, tiempos en los que tenía menos preocupaciones y más tranquilidad.
ResponderEliminarTe doy las gracias (por todo).
De nada, para éso está esta bitácora. Me alegro de que hayas estado por allí alguna vez. Se me olvidó comentar sobre los perros de pescadores o de los curiosos que se quedaban observando a los movimientos de los primeros y algún gato merodeando a su ritmo a ver que "pescaban". En fin, a ver si algún día alguien se le ocurre algo para poder permitir el paso.
EliminarPor cierto, he estado a punto de meter la pata (echo-hecho)... :)