Resumido está
Buenos momentos en la mejor compañía
viernes, 7 de noviembre de 2025
Un naufragio en el paseo (1)
viernes, 31 de octubre de 2025
Allí donde alguien encontró la felicidá
lunes, 27 de octubre de 2025
Hoy, un día cualquiera (13)
Dejó de llover hace unas horas, pero los colores en el cielo presagian que los chaparrones volverán pronto. El trasiego de cruceros sigue en la capital provincial, ajenos al tiempo otoñal que ha llegado abruptamente: el primero se ha hecho a la mar, y se divisa el humo de otro que pronto seguirá su estela. Da tiempo a pensar que el mundo sigue su curso y es inmisericorde con los deseos de los seres humanos. Aún sabiéndolo, cuesta trabajo asimilar todo lo que nos acontece. Por fortuna, a pesar de la congoja, nos regocijamos en las tonalidades que asoman por encima del horizonte y de la hermosa luz del atardecer que alumbra más allá de piedras y rocas. Y nos retiramos antes de la puesta de sol.
viernes, 17 de octubre de 2025
Sobrevolándola (4) - Hughes 500 (en pareja)
La mañana no podía resultar más luminosa. La marea estaba baja y apenas algún barco destacaba sobre la línea del horizonte, tal vez una fragata, presto a perderse tras aquélla. Un par de helicópteros se dirigieron hacia el noreste, pretendiendo iniciar un viraje.
Casi no se encontraban bañistas en la orilla pues el sol no calentaba como unas semanas atrás. De haber estado aquéllos en el agua, los hubieran sobrevolado a buena velocidad, sin darles mucho tiempo de verlos desaparecer tras el rompeolas del muelle, prosiguiendo el vuelo.
Nota: Foto tomada con Nikon Coolpix L830, editada con Microsoft Fotos y Windows Paint.
miércoles, 15 de octubre de 2025
Una vida de perros (I) - Chucho, siempre me acordaré de ti
Magullado, con heridas en la cabeza y viejas cicatrices desperdigadas por todo el cuerpo, exhibiendo idéntico nerviosismo a la vez anterior cuando me despedí de él, casi un año antes. Así lo encontramos, por suerte esta vez libre, sin aquella suerte de soga que lo tenía anclado a unos pocos metros cuadrados de terreno y a merced de los elementos. Corriendo a nuestro alrededor, saltando con un vigor que no concordaba con su aspecto. Exultante, nos había reconocido.
Es imposible relatar la impresión creada por la imagen de un animal que reflejaba aún más sufrimiento del que había pasado con anterioridad. Siempre es posible padecer más y hasta soportarlo, parece que nos recordó aquel perrillo el cual, según sus cuidadores, había fallecido supuestamente a causa de algún mal que había contraído. En realidad, tuvo la suerte de escapar de sus grilletes en una situación que es mejor obviar. Y durante meses, ser libre hasta que, de manera incomprensible, decidió acercarse al lugar de sus antiguas ataduras. Tal vez presagió que su final estaba próximo. Tal vez quisiera que lo viéramos por última vez.
Sí, mi amigo me advirtió de cómo lo iba a encontrar, pero no iba a dejar que aquella imagen impidiera a hacer lo que me había llevado hasta aquel campo: ofrecerle durante unos minutos todo el cariño que no le habían mostrado sus dueños, ignorantes de lo que implica tener a su cargo la vida de un animal, más aún si es para laborar, o para disfrutar de su compañía. Recordarle que algunos humanos podían mostrarle algo más de gratitud por el mero hecho de existir, por su simple presencia, por contemplar la alegría en sus ojos al acercarse alguien a él.
Por eso, y al igual que durante semanas en la etapa anterior, había llegado pertrechado de la mejor comida que se pudo adquirir con los magros recursos de los que disponía entonces - algún libro quedó por el camino sin comprar, cuánto me alegro. Nada puede compararse a contemplar la felicidad - sí, era felicidad - de aquel chucho - ni se esforzaron los muy inconscientes en adjudicarle un nombre - ingiriendo aquellos manjares caninos a la velocidad del rayo. O al acariciarle el lomo y quedarse extasiado al caer la tarde...
No mucho más tarde se fue definitivamente para no volver. Había soportado demasiado castigo en su vida, y no pudo resistir un último envite. Ojalá hubiera tenido los medios para haberlo rescatado de aquella infame situación, de haberle regalado más sonrisas, de haber jugado con él hasta que se quedara exhausto, haberme hecho cargo de él. Hoy tan sólo queda un recuerdo de treinta años atrás, en la que la infeliz mirada de aquel bichillo se iluminaba con el afecto y las atenciones de un chaval que aún lo conserva en su corazón.
Nota: Foto escaneda con resolución 600 ppi, editada con Microsoft Fotos y Windows Paint.
viernes, 10 de octubre de 2025
Un instante, un lugar, un recuerdo (VIII) - Paseo marítimo del Rompidillo, Rota (Cádiz), 2000
La luz de un verano que ya se fue seguía anclada en el cielo al mediodía. Los pinos parecían estar enraízados. No podía pensarse que darían la sombra y cobijo que ofrecen en nuestros días. Sin parque infantil, ni carril-bici; sin luces LED, ni otros artificios. Un paseo en compañía, cuando una nueva vida estaba a punto de irrumpir en la nuestra, por una zona aún poco frecuentada, con la muchedumbre alejada de la costa.
Nota: Fotos tomadas con Nikon F60 analógica; papel fotográfico escaneado con HP Photosmart 6520 (1200 ppi), editadas con Microsoft Fotos y Windows Paint.




