Todos buscamos lo mismo. Los mismos sueños prefabricados por otras mentes. Despertarse con una brisa suave. Vistas a un paraíso terrenal con olor a salitre. Un balcón al mar.
Nuevos edificios encajados con calzador. La búsqueda de otro metro cuadrado a precio de oro. La amenaza de pronosticados tsunamis ni se contempla. Antiguos restaurantes y talleres acabarán transformados en solares antes de un destino definitivo: tal vez en forma de apartamentos mínimos destinados a jubilados de tierras septentrionales; quizás alojamientos turísticos que se llenan en el estío y se olvidan más allá de noviembre. Y el asunto de los dineros, pues para los avispados.
Las edificaciones, los pueblos costeros, como todo en la vida, en continua transformación. Los que parece que no cambiamos somos nosotros.
Nota: Fotos tomadas con Xiaomi Redmi Note 13 Pro, editadas con Microsoft Fotos y Windows Paint.
Masificación. Porque tal como mi dijo un conocido una vez: encontramos el paraíso y nos hacemos un chalet.
ResponderEliminarSabias palabras...
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