Un topógrafo estuvo por estas lindes unas semanas atrás. Esta mañana tenemos las primeras explanaciones y los primeros montículos de la tierra arañada por maquinaria pesada, en paralelo a una de las nuevas avenidas ya en servicio. Los desbroces han tocado alguna que otra retama y demás matorral variado. Algunos animales - como esos desconcertados conejos - están buscando algún nuevo lugar donde guarecerse. Cuando empiecen las nuevas edificaciones, nada quedará para ellos por aquí. Tan sólo para los especuladores.
Punta Candor queda demasiado cerca. El empuje del ladrillo hacia las playas es inexorable. El retroceso del entorno menos trillado por el ser humano, también.
Nota: Fotos tomadas con Nokia 5, editada con Microsoft Fotos y Windows Paint.
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