miércoles, 21 de septiembre de 2022

Dolores... ¿de por vida?

 

      No conoces una postura cómoda. Desconoces qué te impedirá hacer hoy. Vives la incertidumbre de por cuánto más los analgésicos paliarán los síntomas de cada día. Temes al nuevo efecto secundario que deberás padecer por el próximo pastillaje que te recetarán mañana: esa nueva tabla de salvación a la que quieres aferrar tus esperanzas. Esperanzas que, como las energías, se van perdiendo cada jornada. No entiendes por qué te tiene que pasar este calvario a tí.

      Al mundo a tu alrededor le falta empatía. Al dolor físico se le une el generado por la incomprensión de los que te rodean, especialmente el de tus más allegados, incapaces de comprender la insidia de tus compañeros de viaje: el mal humor, la desgana, la frustración y tantos otros... El hecho de que te estorba hasta el aire. El peso que has de soportar por saber que nada ni nadie puede hacer nada en la busca desesperanzada de un alivio total.

      Y, sin embargo, sigues ahí. Todo un ejemplo para los demás, enseñándonos lo que es afrontar la adversidad con entereza. Y nosotros, a tu lado. Aprendiendo de ti.  Persistiremos hasta que encontremos una solución. Inasequibles al desaliento.

A seguir volando

7 comentarios:

  1. Se debe de estar muy bien sintiendo el viento entre las alas y dejándose llevar por él.

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  2. Debe ser igual volar, que flotar en el agua en medio del mar, olvidando el peso de tu cuerpo y de tu alma.

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  3. Qué alegría debe sentirse...

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  4. Al leer esto sólo he podido pensar en un dicho de mi tierra: "Pa' lante como los de Alicante". Hay que seguir tirando como se pueda, intentando que los males que nos llegan no arrasen con nosotros. Sin embargo, reconozco que es fácil hablar y no actuar.

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