domingo, 14 de abril de 2024

El calado. Tradición, usos y costumbres

 

      El "Ciudad de Madrid" zarpó de Cádiz llevando una familia ochenta años atrás. Destino: las Islas Afortunadas, previa parada en aguas gibraltareñas para sumaria inspección de los bravucones del norte - cosas de la última guerra a escala planetaria. La pequeña de apenas siete años que, eso sí, había recibido unas chocolatinas de los marineros británicos,  no sabía lo que aquel viaje, aventura para ella, le iba a deparar. Porque en aquellas tierras tan aparentemente alejadas de la península iba a aprender un arte característico de aquellas: el calado canario.  Y de ello trata esta bonita publicación.

Portada (colección familiar)

      A pesar de constituir una técnica menos apreciada que el bordado, no resulta menos compleja y vistosa que éste. Hunde sus raíces en los contactos con pobladores portugueses, de los que además heredarán un rico vocabulario transformado a lo largo de los siglos, y que comparten similitudes con otras labores artesanas - p. ej., en los dibujos empleados en el trabajo de la madera en las islas. 

      En esta publicación, pródiga en imágenes recorriendo más de un siglo, se detallan los materiales y utensilios usados para la creación de manteles, colchas en un sin fín de variedades de calado. Transmitido el saber de madres a hijas de estas pequeñas maravillas, sólo el empuje de una mujer emprendedora adelantada a su tiempo - Doña Eladia Machado -  consiguió divulgar y mostrar el valor del calado canario; en particular, el tinerfeño. Este patrimonio, no exclusivo de la isla chicharrera y con reminiscencias en islas lusas y en territorios extremeños de frontera, aumentó a buen ritmo desde la más dura posguerra civil hispana hasta nuestros días.  Una labor de personas con amor  hacia su tierra. Todo un placer leer sobre esta labor artesana y sobre sus conexiones con edificaciones e, incluso, ¡con la pintura! 

Contraportada

      Bajo la supervisión de aquella señora, y una vez cumplidos los catorce años, aquella chiquilla ya adolescente (aquella "peninsular ranciosa" al parecer de una compañerilla de labores) aprendió a deshilar y crear figuras imposibles en telas blancas, a razón de siete pesetas y media a la semana - más los trabajillos de calar servilletas que se llevaba a casa para que cayera alguna perrilla gorda más. Y, cuatro años más tarde, dejando amigos y familia atrás, una vez de vuelta a la tierra nata consiguió mantener vivo aquel aprendizaje elaborando con maestría otras piezas. Las suyas: esas que disfrutamos sus descendientes en el día de hoy.   


Servilleta combinando técnica de bordado y calado canario (cortesía de N.B.P.)





Título: El calado canario. Tradición, usos y costumbres. La Casa de los Balcones.

Autor: José Miguel de Salamanca 

Editorial: Televideo Salamanca, S.L.

Edición: 1ª 

Año: 2006

No. de páginas80

FormatoRústica




Nota: Fotos tomadas con Xiaomi Redmi Note 9, editadas con Microsoft Fotos y Windows Paint.

4 comentarios:

  1. El calado canario es precioso. Tuve unas toallas hechas en canarias, regalo de unos familiares. Una maravilla.

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  2. No tiene precio. El tiempo que se le dedica, la tela de hilo que se usa…, una pena que se vayan perdiendo labores artesanales tradicionales.

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