Otros bares, otros lugares, otros momentos (III) - El Limonero

 

      Que algo sea de agrado o no es cuestión de gustos. Con un helado ocurre exactamente ésto. Puede que se busque un producto cremoso, o más compacto; un toque sutil en boca o, tal vez, más intenso; unos colores llamativos, aunque quizás se prefieran más discretos; degustar variedades con productos de temporada, o posible se prefiera disfrutar de un determinado sabor todo el año; bien aromas sutiles una vez en la tarrina o cucurucho, bien más potentes; y. así, todas las combinaciones de opuestos que se quieran. Pero, ante todo, que sea auténtico,  fresco, "artesanal": que sintamos que el maestro heladero ha disfrutado con su elaboración.

      En las contadas ocasiones que hacemos parada en Cádiz por la tarde, procuramos recalar en esta heladería-cafetería, situada en una preciosa plaza de aires románticos. Aunque se podrían ofrecer alabanzas sobre los cafés y limonadas que también son ofrecidas, es evidente que el producto estrella es el helado que, desde un punto de vista personal, es uno de los mejores que se ofrecen al público en este rincón de la bahía. A bien seguro que habrán otros heladerías excelentes en los alrededores, pero pocas tendrán su encanto - hasta en el mobiliario y decoración interior.   

      Una observación: observen cómo quien les atiende hunde la cuchara en el helado y la resistencia que éste ofrece a ser separado del resto de la bandeja: todo un anticipo de la maravilla que, acto seguido, iremos a disfrutar. En fin, como ven, esta entrada no tiene fotografías mostrando helados u otros productos. Mejor acérquense y dénles una oportunidad. Que los disfruten.

Nota: Foto tomada con iPhone 7, editada con Polarr y Windows Paint.