domingo, 14 de agosto de 2022

Crónicas de un pueblo (IV) - El Cortijo

      Es un terreno situado a tan sólo cincuenta metros de la playa en línea recta, protegido por un bosquete de pinos y conectado directamente a una avenida. Adivina, adivinanza. ¿Qué uso se le está ha estado dando durante meses? Efectivamente: el convertirse em una escombrera - parece que ya no, al menos en el momento de escribir esta entada.

Ciertamente, no parece el sitio más adecuado para estos menesteres

      El terreno que antaño ocupó un bar, convertido en un baldío durante lustros, salvado de la voracidad constructiva no se sabe bien cómo y, finalmente, expropiado por una corporación rectora anterior del Ayuntamiento de la Villa por una perras - aunque pagado a precio de oro al final - últimamente no se le ha sabido encontrar mejor uso que el arriba mencionado.

      A pesar del penúltimo intento frustrado de uso - nada menos que el traslado de la movida juvenil desde la Muralla - parece que no ha trascendido ningún plan novedoso para este emplazamiento. Crisis de imaginación en tiempos de retracciones económicas. 

Restos de un ayer no tan lejano

      Alguien sugirió tiempo atrás la ampliación del Jardín Botánico. Suena casi a ciencia ficción en este pueblo que expande el cemento en todas direcciones avasallando los penúltimos terrenos fértiles para explotaciones agrícolas o ganaderas, o se gasta los cuartos en llenar de colores las aceras y asfaltos de alguna que otra calle para que la gente visualice - ¿síntoma de que los miembros del vulgo tenemos la imaginación atrofiada? - una obra que nadie ha pedido ni desea. 

      Sí, es posible que sea mucho pedir que se dedique un espacio al conocimiento y protección de especies vegetales y animales autóctonas. Conservar lo propio y que las gentes del lugar se sientan orgullosas, transmitiendo ese respeto a los forasteros que nos visitan, en unos tiempos en los que éstos - ese ansiado turismo con posibles - buscan las singularidades, lo único, de los lugares a los que van. 

Se mire por donde se mire, no tiene sentido

      Esperemos que se den cuenta los regidores del destino de este terreno. Mientras tanto, nos encomendaremos a Santa Catalina y a San Francisco de Asís, a ver si iluminan a aquéllos para que tomen sabias decisiones. Buena falta nos hace. 

4 comentarios:

  1. Reconozco que no he comprendido la última cita a Santa Catalina ni San Francisco de Asís, en cuanto al resto, no podría estar más de acuerdo. Recuerdo cuando era pequeña haber celebrado cumpleaños de amigos en ese bar. Siempre que paso por delante del descampado me acuerdo y me da mucha pena las condiciones en las que se encuentra. Esperemos que termine lo mejor posible, y si fuera parte del jardín botánico sería genial.

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  2. Ese lugar debería ser extensión del pinar

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