Recordamos que, trecho atrás, vimos alguna autocaravana casi encima de la arena de la playa. Si no llega a ser por el desnivel, a buen seguro que lo estarían. Y no dejamos de pensar cómo han podido llegar hasta allí, con la ilusión de estar en una playa aún virgen - casi privada. Ilusión que se desvanece con su misma irrupción motorizada al límite de lo que el vehículo puede dar de sí en estos terrenos.
Y es que acabamos de ver un grupo aún más numeroso apiñados en un otro acceso playero de fortuna, preparándose para un día familiar en la costa.
Nos topamos con los restos de algo que pudiera haber sido un fortín. Trae recuerdos de películas en las que el futuro del ser humano está em manos de otros seres que hoy creemos inferiores. Puras vanidad y soberbia Ya vendrá la naturaleza a ponernos en nuestro sitio.
Aquí ya sólo encontramos la playa llana. Una explanada tan nivelada que parece que el agua se funde con la arena en la orilla. Es la señal de que nos estamos acercando a nuestro destino, y éso nos da nuevos bríos para encarar el tramo final de hoy.
Preciosa la última foto, me da envidia. Ojalá visitar la zona pronto. Y si, una pena lo que hacemos los humanos. Como diría mi querido tío: encontramos el paraíso y hacemos una mansión encima.
ResponderEliminarSí, visítala pronto, antes de que lleguen los locos del ladrillo...
Eliminar