jueves, 11 de septiembre de 2025

Otros bares, otros lugares, otros momentos (VIII) - El Corral de la Pacheca (Olvera)

      ¡Qué peso nos quitamos de encima cuando dejamos todos los bártulos de nuestros vástagos en la residencia de la universidad! Otra forma más que la vida nos dice que el verano está a punto de acabar.

      Y, a la vuelta, si la distancia que hay que recorrer es considerable una parada a mitad de camino resulta imperativa. En esta ocasión nos decidimos por este local, ya entrada la noche, el cual ocupó todas las mesas al poco de entrar nosotros. Hubo suerte, porque el resto de locales por los que pasamos estaban a rebosar, al igual que las calles aledañas. Todo nos resultó sorprendente, pues la masa de turistas ya se habría marchado de una población serrana sin playa de mar en un radio de cincuenta kilómetros.     

      Una vez elegidas y servidas las bebidas y mientras decidíamos las tapas a tomar, nos sirvieron unas agradables aceitunas por cortesía de la casa. Bienvenidas fueron.


      El aperitivo nos llevó a hablar sobre la pandemia, los estragos sobre sectores de la población, cuando estarían disponibles las vacunas, las responsabilidades de unos, de otros, y de todos en contener el avance. 



      Enfrascados en la charla, sin darnos cuenta, llegó la amable camarera con la ensaladilla - el huevo líquido no muy del agrado de un servidor - y los boquerones fritos. Ambos cayeron sin paliativos.



      Las mascarillas siempre preparadas a la altura del cuello no ponían fácil disfrutar con desahogo de las viandas. Sin embargo, alrededor nuestra la gente se encontraba esperando sin mascarilla, futuras presas de la siguiente ola viral, como si nada hubiera pasado, como si las vacunas ya se hubieran administrado. Por suerte, no fue en este local donde cogeríamos el dichoso virus. Pedimos las últimas tapas del día. 



      Daba igual que no coincidiéramos en ideas políticas durante la  charla. Sí que coincidimos en las bondades de la cazuela de carne y de los champiñones a la plancha.  Buen remate de cena.


      A falta de más estómago para haber rematado con un postre serrano y de tiempo adicional para haber reposado lo ingerido, decidimos ponernos en marcha. El establecimiento nos dejó un grato sabor de boca y las ganas de repetir, hace cinco años ya.  

2 comentarios:

  1. Increíble siquiera que te acuerdes de toda la comida. Más increíble aún que haga 5 años de eso.
    Me ha dado ganas de cenar unas buenas tapitas.

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