domingo, 19 de marzo de 2023

Otros bares, otros lugares (V) - Restaurante chino Ciudad Dong Hai (Sevilla)

 

      Habíamos salido de la exposición más tarde de lo previsto y, a falta de algo mejor que hacer, decidimos ir a ese restaurante recomendado por el invitado. A diferente del japonés vacío que dejamos atrás - aparentemente uno de ésos que proclaman mostrar "respeto por el producto" pero no por el bolsillo de la clientela - aquél al que nos dirigíamos parecía tener algún movimiento, a pesar de lo poco luminosa que parecía la calle en la siempre radiante Sevilla.

El rojo que tanto les gusta a la comunidad asiática está bien presente

      Es posible que no hubiera acceso fácil para discapacitados, o tal vez si. Bastante ocupados estuvimos en atravesar la estrecha entrada y las escaleras que seguían al recibidor. La decoración era austera con motivos orientales, ayudando a hacer más acogedor el salón rectangular con mesas distribuidas con disciplina germánica.

Sencillo, pero agradable

      Salón que, por cierto, ya se encontraba ocupado en algo más de la mitad de su aforo por forasteros, a pesar de no ser las dos de la tarde aún. Todavía seguimos preguntándonos cómo tanto extranjero conoce este local ligeramente apartado de las calles céntricas. Cosas de las aplicaciones para móviles, el "boca-a-boca" del siglo veintiuno.

Más motivos con significado para los propietarios, seguro

       Una vez atendidos, pasamos a catar las viandas seleccionadas. Nada que objetar al generoso rollo - nada de rollito - de primavera, acompañados por las típicas salsas de estos locales, amablemente servidos por lo que parecen ser miembros de una misma familia. Aquí no se le perdona trabajar a nadie. 

Alimenticio, seguro

      Mi contertulio se decidió por una sopa reconfortante para él, pero que habría sido incapaz de llevarme a los labios guiado tan sólo por el aspecto que ofrecía a mis ojos. A veces, las experiencias pasadas nos juegan malas pasadas tanto para sobreestimar como para aborrecer  situaciones varias. Habrá que estar alerta.

La sugestión de otros tiempos ya pasados altera nuestra percepción

      Después pasamos a algo cuya textura recordaba a las albóndigas de lata - esas que parece que le estés dando un bocado a algún material gomoso e insípido, de no ser por la salsa. En fin, lo curioso es cómo las especias y las salsas que acompañan estimulan las papilas - y las engañan a la vez - de forma que acabes buscando cómo saciar el hambre que despiertan al precio que sean.

Dos bocaditos de Sau Mai para cada uno, suficiente

      Todo un clásico a continuación: el arroz frito especial de la casa, el cual contenía de todo, convenientemente aderezado con la omnipresente salsa de soja, con lo que es difícil saborear casi nada. Aquí las sutilezas es difícil encontrarlas en forma alguna. No creo que estas reflexiones les importaran mucho a los clientes que saturaban en aquellos instantes el teléfono del local con los pedidos a domicilio.

Un revuelto de muchas cosas, en el que se pierde lo distinto

      En último lugar, esa ternera a la plancha con sus verduras, sin duda un plato más recomendable que los que les antecedieron. Es un espectáculo ver la fuente humeante y la carne chisporroteante llegar a la mesa. Un momento mágico que invita a disfrutar del alimento.

Aquí también, pero era otra cosa

      Y, una vez acabados, ¿cómo definiríamos la experiencia? Sorprendentemente, un servidor iría otra vez. Eso sí, con unas expectativas menos fantasiosas que las aportadas por mi contertulio. Si mantienen el nivel, puede ser una opción correcta para reponer fuerzas sin ser desplumados antes de seguir pateando esa maravilla de ciudad hispalense.






Nota: Fotografías tomadas con iPhone 7, editadas con Microsoft Fotos y Windows Paint.

No hay comentarios:

Publicar un comentario