Más gente deambula por este tramo final. Crees reconocer a alguien que pasa a tu lado, aunque tal vez no sea quien piensas. O, tal vez, no nos interese a ambos pararnos a hablar. Quizás sea más atrayente concentrarse en el paseo. Nos alejamos en sentidos opuestos, y punto.
Paseantes mañaneros
Las olas han tomado más relieve y la espuma define la frontera en la orilla. Dan ganas de mojarse los pies, aunque nadie lo hace. El escenario parece ideal para lanzar piedras que reboten sobre la superficie del mar, aunque tampoco haya quien lo haga. Estamos más concentrados en mantener distancias con los demás, aunque este juego sea, de lejos, más tedioso.Ya parecen que son olas
Divisamos un chiringuito pasada la urbanización. Parece un mensaje del verano que viene. Algo más allá, internado en la mar, un barco parece estar esperando en la desembocadura del Guadalquivir para remontar hasta Sevilla. Chiringuito y barco esperando su momento.El chiringuito mirando al océano
Las omnipresentes palmeras flanquean el Paseo Litoral que tan sólo intuimos. Parecen necesitar una poda, liberarse de los innecesario, aunque tal vez no sea el momento. Algo más de rubia arena se deja ver por aquí.
Vegetación litoral impuesta
Casi sin darnos cuenta hemos llegado a destino. La única cuesta, en forma de suave rampa, llega al final del trayecto. Ha resultado ser más corto de lo esperado. Tan sólo queda subir el acceso de madera y esperar al vehículo que nos hará volver al punto de partida. Esperamos volver, quizás en otra estación para repetir la ruta y, quién sabe, rebasar nuestro la línea de meta de hoy.
Espero que el paseo se vuelva a repetir! y también espero las fotos pertinentes! Preciosas fotos que me traen recuerdos de mis propias experiencias por esas playas...!
ResponderEliminarEl tiempo lo dirá... aunque tal vez fuera mejor continuar el paseo - si la marea lo permite.
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