sábado, 2 de mayo de 2020

Un menú del momento




      Intentaba llamar la atención de la gente, en medio de la calle y entre la indiferencia de casi todos, para entregar una hojilla publicitando el menú de un restaurante. Una tarea titánica la de captar la atención de quienes quieren que los dejen tranquilos.

      Hace treinta y cinco años, este menú hubiera sido visto como un banquete para la mayoría de todos nosotros. Avanzado el siglo veintiuno, hasta los turistas menos exigentes recelan de estas ofertas. Sin embargo, y por mor del sibaritismo, aceptamos gustosos regalarnos el paladar en los sitios de moda a expensas de la comodidad: de pie en mesa alta o junto a la barra, codo con codo con otros clientes ( las axilas de otros siempre demasiado cerca),  autoservicio con las discusiones para que te atiendan en barra primero que el de al lado (el de las axilas). Y, al final, más esfuerzos (infructuosos los más) por llamar la atención del atareado camarero de turno. Justo los mismos esfuerzos que el chaval con su publicidad en la mano. Curiosas paradojas de esta vida urbanita... 

      Son situaciones que, sin embargo, en estos momentos parecen impensables se puedan repetir en un futuro cercano. Cuesta imaginar las calles en este momento sin aquel chaval repartiendo las octavillas, sin aquellos transeúntes, sin aquella vida en pleno centro de la capital. ¡Cuántos darían estos días lo que fuera por coger una hojilla y darle una oportunidad al local!

4 comentarios:

  1. I couldn't agree more... Ahora que hace buen tiempo, recuerdo estas fechas hace un año, cuando se cumplía todo lo que relatas, y prometo que lo volvería a repetir mil veces más, ya que para mí eso también tiene su lado positivo. La gente con ganas de salir y tomarse algo con los que más aprecian, el bullicio de la gente pasándolo bien, e incluso en las malas experiencias de un bar aglomerado, encuentro aspectos positivos, como las historias que podrás relatar más tarde en las que te reirás tanto de ti mismo como del otro.
    Lo daría todo por salir hoy a tomarme una tapita en el maricastañas, con vistas al mar, con toda la gente disfrutando, con el sol calentando mi piel y con una brisa fresca que alivia la calor de vez en cuando.

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    1. Ahí me has dado. La incomodidad no se nota cuando estás con gente - ¡o animales, o plantas, o la Naturaleza en sí! - a tu alrededor, compartiendo buenos momentos.
      Pero puestos a escoger, prefiero...

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  2. Respuestas
    1. Qué le vamos a hacer, aún quedan cosas por aprender. :)

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