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Portada de la revista |
De nuevo nos acompaña otro ejemplar de esta revista, cuajada de excelentes noticias del ámbito de la investigación universitaria del levante español, de la cual vamos a comentar sobre el artículo que se presenta en portada.
Efectivamente, la visión de riadas de euros que podrían venir - y vinieron - con "el ladrillo" nublaron el entendimiento de los rectores de diversas administraciones públicas y otorgaron permisos para la construcción de viviendas, polígonos industriales, complejos hoteleros, centros comerciales, etc. Licencia urbanística era sinónimo de desarrollo, de riqueza, prosperidad. Sin embargo, demasiados de los sitios a desarrollar urbanísticamente eran claramente inapropiados. Lugares donde se sabía, por tradición y por sentido común, que eran susceptibles de quedar inundados.
La riada de euros del ayer pasó. Sin embargo, el año pasado llegó otra de lluvia, en tal cantidad que las infraestructuras y muchas construcciones no pudieron soportar. Y las pérdidas, materiales y humanas, fueron inaceptables. A posteriori - siempre es después - muchas lamentaciones y demasiadas reflexiones. ¿O más bien preguntas retoricas? En fin, todo el mundo preguntándose cómo puede ser que toda aquella construcción permitida pero descontrolada hubiese sido permitida, sabiendo de antemano la respuesta.
Trasladando las reflexiones del editorial de la revista a una civilización del ayer, hace más de dos mil años los romanos realizaron construcciones que, hasta donde sabemos, se mantenían a una distancia segura de los cauces de los ríos, evitando edificar en zonas inundables, ni eliminaban la vegetación aledaña que agarraba el suelo aledaño. Muchas de esas construcciones aún se mantienen en pie.
Con la catástrofe invisible en la que nos hayamos sumidos, el recuerdo de todo ésto está aparcado para atender a las inevitables urgencias del momento. De aquí a unos meses, si las lluvias no vuelven a ser muy dañinas, se olvidará. Y el reloj seguirá corriendo hasta la próxima.
Parece que según se indica en una noticia de la misma revista, que se producen cambios en el material genético de las neuronas del hipocampo de ratones adultos cuando se activan. Con tanto pensar en "la pela", ¿qué mutaciones se habrán producido en la del ser humano para que cada generación que pasa parece que está perdiendo a un ritmo frenético el sentido común?
La mutación llamada dinero que se encuentra en el DNA de cada una de las células del ser humano.
ResponderEliminarMás que dinero parece avaricia. O, tal vez, se pueda decir que por ignorancia. Pero, ¿quién de nosotros puede decir que estamos a salvo de cometer esos errores?
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