Se van arañando el horizonte, en calma, como la playa y la mar. Tras el paseo por la ciudad, miles de fotos, se han recogido en las naves para cenar y disfrutar de todos los espectáculos con las que amenizar el resto del día.
Los que transitan el paseo marítimo prestan una mirada fugaz y, quizás, un comentario aún más corto. Sí, a aquellos navíos en la lejanía, que comienzan a iluminarse para la noche que se acerca. Otro espectáculo más, esta vez desde tierra.
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