martes, 3 de septiembre de 2019

Aún quedan días de verano (I)










Parecen los mismos módulos ensamblados, año tras año. Tal vez libros iguales, o parecidos, a los de veranos anteriores. 

Quizás los mismos ojeadores, alguno nuevo en la búsqueda, a la caza de ese libro, algo más barato, o descatalogado. ¿Lo encontrarían?

Bueno, algo sí ha cambiado este año. Dos de los dependientes, vendedores, de los últimos dos años ya no estaban. ¿Quién se podría olvidar de las charlas sobre algunos libros, del verano, de las cosas de la vida...? Un saludo que se transformaban en media hora de grata conversación...

Ya, a punto de terminar la temporada, y de comenzar el desmontaje de las casetas y de la retirada de los libros, mirando hacia atrás, queda claro que comprar un libro no es sólo comprar un libro. 






Sí, es verdad: cada vez hay menos cabida en este mundo para actitudes comerciales poco eficientes a corto plazo. Las prisas de nuestro mundo por todos lados...

2 comentarios:

  1. Hay libros para todo el mundo, puede que almacenados en alguno de los rincones de los tenderetes, pero no todo el mundo es como tú. No todo el mundo es capaz de mirar con los mismos ojos curiosos y emocionados un puesto de libros que se repite año tras año. No todos conservamos esa niñez en nuestro corazón.

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    1. Puede ser... un libro en una estantería está esperando que alguien se fije en él, lo valore y, finalmente, lo adopte. Cuando pasas por esos tenderetes veraniegos, podrás escuchar transeúntes realizando comentarios despectivos sobre los libros expuestos. Creo que son - somos - inconscientes de lo que hay detrás de un libro. Quién diría que hace 100 años muchas personas hubieran dado cualquier cosa por tener la oportunidad de leer cualquier libro, con sus grabados, tal vez alguna foto...

      Los libros seguirán esperando su oportunidad el año que viene. Son más pacientes que nosotros.

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